Looks de fiesta decididos, desenfadados y sensuales, en un dualismo constante entre lo masculino y lo femenino que roza los ambientes de rodeo y las hechuras exclusivas inspiradas en la alta costura. Es una mezcla inédita, contemporánea y poco convencional, que va más allá de los patrones clásicos de la elegancia de fiesta, hacia la actitud glam rock del blanco y negro, los brillos rojo oscuro y las joyas amplificadas en tonos plateados.
La piel se enriquece con bordados tonales o en contraste. Las chaquetas se llevan sobre minivestidos de terciopelo, con aplicaciones de lentejuelas o inserciones de encaje. Los microtops se combinan con faldas rectas o acampanadas. Las blusas se animan con nudos drapeados, mientras que los maxi abrigos protegen los largos vestidos transparentes.
El estilo es preciso. El espíritu es audaz. La temporada se convierte en una auténtica autoexpresión realzada por accesorios de gran impacto, como pendientes esculturales, botas con pinchos metálicos y bolsos con brillantes apliques de cristal y flecos.